Cuando hablamos de moda en el mundo, Inditex aparece enseguida: Zara, Bershka, Pull&Bear, Stradivarius... está en todos lados. Pero también está cada vez más en el centro del debate sobre sostenibilidad.
Porque sí, nos gusta la ropa linda y accesible. Pero también nos preguntamos:
¿Qué consecuencias tiene tanta producción? ¿Es posible seguir consumiendo a este ritmo sin que el planeta lo pague?
Inditex y la huella que deja
No es novedad que el modelo de moda rápida tiene un costo ambiental muy alto. En el caso de Inditex, hablamos de miles de millones de prendas al año. Eso implica:
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Mucha energía y emisiones de CO₂.
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Uso intensivo de agua.
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Materiales sintéticos que no se degradan.
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Y ropa que muchas veces se usa poco y termina en la basura.
La empresa ha hecho algunos avances —como la línea Join Life o la promesa de usar algodón sostenible— pero el fondo del problema sigue siendo el mismo: producir tanto, tan rápido y tan barato tiene consecuencias.
¿Y entonces qué hacemos?
No se trata de cancelar marcas ni de sentir culpa cada vez que compramos algo. Se trata de ser más conscientes, hacer preguntas, elegir mejor.
Algunas cosas que sí podemos hacer:
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Comprar menos, y con más intención.
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Revisar etiquetas y materiales.
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Apoyar marcas pequeñas o independientes que produzcan con respeto.
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Reparar, intercambiar, alargar la vida útil de lo que ya tenemos.
En Péenkok’ creemos que hay otra forma de vestir
No tenemos las mismas estructuras ni los mismos presupuestos que Inditex, y está bien así. Apostamos por algo distinto:
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Ropa hecha con algodón orgánico o lyocell.
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Diseños pensados para durar y acompañarte muchos años.
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Producción ética, sin exceso, sin prisas.
Porque para nosotrxs, la ropa también es una forma de expresar qué mundo queremos construir.